Factores de riesgo en el sector del metal: Ensamblaje y Montaje. Metalistería
agosto, 2016
Ensamblaje y Montaje. Metalistería
Es la última etapa dentro del proceso de transformación del metal donde se recogen las piezas ya acabadas para posteriormente ser ensambladas y transformadas en las líneas de montaje, automatizadas o manuales, configurando así el producto final.
Esta última etapa conlleva trabajos típicos de un taller mecánico, por lo que se han contemplado también los riesgos derivados del manejo de herramientas manuales así como otros existentes por el uso de instalaciones de aire comprimido y cabinas de pintura.
Cadena de montaje
Riesgos
• Caída de objetos durante la manipulación de las piezas a ensamblar.
• Movimientos repetitivos que pueden causar lesiones osteomusculares.
• Exposición a elevadas dosis de ruido.
Medidas preventivas
• Las líneas de montaje están sujetas al riesgo de caída de piezas a causa de la gran manipulación que sufren las mismas y al peligro de lesiones musculoesqueléticas (osteomusculares) debidas a la realización de operaciones repetitivas durante toda la jornada laboral. Las medidas a adoptar básicamente serán de carácter general:
– Realizar un buen diseño del puesto de trabajo para eliminar las posturas inadecuadas.
– Establecer unos periodos de descanso para romper con la dinámica de las operaciones repetitivas.
– Establecer, a ser posible, rotaciones entre los distintos puestos de trabajo.
– Facilitar a los operarios los medios mecánicos adecuados que permitan realizar la tarea propuesta con el mínimo esfuerzo posible.
• Es frecuente que el trabajo en una línea de montaje de elementos metálicos conlleve una exposición a un nivel de ruido elevado. Principalmente está provocado por golpes y herramientas auxiliares utilizadas en alguna de las operaciones de montaje. Para la valoración de este riesgo, será necesaria la realización de una medición del nivel de ruido producido, así como del tiempo de exposición real del trabajador
En función de los resultados obtenidos se adoptarán las soluciones oportunas que podrán pasar por soluciones colectivas, como apantallamientos, encapsulados y formación a los trabajadores en materia de prevención frente al ruido, o individuales, como equipos de protección (cascos y tapones).
Herramientas manuales.
Dentro de un taller mecánico la mayoría de las lesiones son originadas por la utilización de herramientas manuales que, por su uso frecuente, son consideradas como una fuente importante de accidentes.
Hay gran variedad de herramientas desde las básicas: martillos, alicates, sierras, etc., hasta las eléctricas y neumáticas.
Riesgos
• Golpes y cortes por uso indebido de las mismas.
• Exposición a vibraciones.
• Posturas forzadas y movimientos repetitivos.
Medidas preventivas
• Las herramientas estarán en un estado óptimo. Se deberán realizar revisiones periódicas por personal especializado para comprobar que se mantienen limpias, afiladas y con las articulaciones engrasadas convenientemente para evitar su oxidación.
La herramienta seleccionada será la adecuada para el trabajo a realizar (con aislamiento en caso de trabajos eléctricos o con materiales que no provoquen chispas para zonas con riesgos especiales).
Se hará un uso correcto de las herramientas. Cada herramienta tienen su función y debe ser utilizada con ese fin y no con otro.
Las herramientas deben estar correctamente almacenadas y ordenadas. Se guardarán dentro de protectores de cuero o metálicos y se dispondrán en armarios o estantes.
Recuerde que en el puesto de trabajo debe cumplirse:
“Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio”
• Aquellas herramientas manuales que vibren se deberán sustituir, o bien amortiguar las vibraciones mediante recubrimientos aislantes o mediante el uso de guantes antivibración.
• Para evitar la adopción de posturas forzadas se dan las siguientes recomendaciones:
– La superficie de trabajo debe estar a una altura adecuada, ni demasiado alta que obligaría a trabajar con los brazos elevados ni demasiado baja obligará a la persona a inclinar la espalda hacia delante.
– Distribuir el área de trabajo y colocar los útiles de trabajo dentro de la zona de alcance del trabajador.
– Eliminar los obstáculos que puedan haber debajo de la superficie de trabajo, o en la zona adyacente, para permitir acercarnos al máximo a la misma y facilitar también la libertad de movimientos. Mantener ordenada la zona de trabajo para evitar posibles golpes contra objetos.
– Si la tarea lo permite, sentarse en una silla cómoda y regulable en altura que permita mantener la espalda apoyada en el respaldo. Cuando sea posible, aproximar la silla a la mesa de trabajo.
– Si la tarea requiere una posición de pie, se deberá mantener la espalda recta conservando las curvaturas naturales de la columna.
– Utilizar correctamente las herramientas disponibles.
– Los mangos de las herramientas no deben comportar posturas forzadas de muñeca o brazo.
– Cuando haya que agacharse para recoger un objeto flexionar las rodillas. En el caso de tener que girar se hará con los pies en lugar de girar la espalda.
– Si tiene que alcanzar algún objeto que se encuentre en un lugar elevado, utilizar una escalera para evitar posiciones forzadas de brazos y espalda.
• Para evitar las lesiones generadas por movimientos repetitivos se indican las siguientes recomendaciones:
– Utilizar herramientas o equipos mecánicos que reduzcan la repetición de movimientos.
– Utilizar la herramienta apropiada para cada tarea. Utilizar herramientas semiautomáticas cuando haya que realizar mucha fuerza o de forma repetida.
– Procurar que el peso de la herramienta sea lo más bajo posible.
– Mantener las herramientas en buen estado: engrasadas, bordes de corte afilados, etc
– Distribuir adecuadamente el área de trabajo colocando las piezas y herramientas dentro de la zona de alcance del trabajador, evitando los alcances hacia atrás y las posiciones con los brazos elevados o completamente extendidos.
– Repartir la fuerza entre distintos grupos musculares, alternando por ejemplo ambos brazos durante el trabajo.
– Evitar las posturas estáticas y fijas promoviendo el cambio de postura en el puesto de trabajo.
– Trabajar con la muñeca recta: cambiando la orientación del plano de trabajo o mediante el correcto diseño del mango de la herramienta.
– Si se usan guantes de trabajo, escogerlos de la talla apropiada para la mano del trabajador, para que no dificulten el agarre de las piezas o herramientas.
– Ampliar o alternar las tareas donde se utilicen diferentes grupos musculares y, en la medida de lo posible, organizar el trabajo para que los trabajadores roten entre puestos.
– Adecuar el ritmo de trabajo a las capacidades de la persona y, siempre que sea posible, permitir que pueda ser regulado por el propio trabajador.
– Distribuir las pausas de forma adecuada durante la jornada, se aconseja hacer varias pausas cortas.
– Realizar ejercicio físico para fortalecer la musculatura.
Instalación de aire comprimido
Toda instalación de aire comprimido está formada por un equipo encargado de la producción de aire, un compresor, un refrigerador, un depósito donde pueda almacenarse el aire, un secador, y unas canalizaciones flexibles o rígidas que distribuirán el aire por la instalación.
Riesgos
• Quemaduras con partes calientes del equipo.
• Exposición a elevadas dosis de ruido.
• Explosiones de aparatos que funcionan con fluidos a presión.
Medidas preventivas
• Existe un riesgo de quemaduras debido al contacto directo con las superficies calientes del propio compresor. Se consigue reducir en gran medida si el compresor cuenta con un sistema de refrigeración y si sus accesos se encuentran correctamente delimitados. Con esta medida eliminaremos los contactos involuntarios y, a su vez, el peligro de atrapamiento con partes móviles del compresor.
Es importante llevar a cabo un control periódico de la instalación mediante un correcto mantenimiento preventivo y un registro de las inspecciones ya realizadas
• Es posible que en un puesto de trabajo cercano a un compresor se esté expuesto a un exceso de ruido, por encima de los niveles permitidos, que pudiera generar con el tiempo los síntomas propios de una hipoacusia profesional. Este peligro se reduce eficazmente si se consigue ubicar los compresores en salas específicas y si se montan sobre bancadas antivibrantes.
• Existe un riesgo evidente de explosión si se produce un aumento excesivo de la presión interior del compresor, por encima de la de diseño, así como por una disminución de la resistencia del mismo. A fin de evitar este riesgo, se llevarán a cabo todos los mantenimientos periódicos especificados en la normativa de aparatos a presión. Se revisará y mantendrá en óptimas condiciones toda la instalación, incluyendo los órganos de control que actúan sobre el aparato.
Cabina de pintura
En los talleres mecánicos hay otro tipo de actividad que está sometida a unas especificaciones particulares como son las operaciones de pintado realizadas en las cabinas de pintura.
Los productos a aplicar se pulverizan mediante pistola de aire comprimido. Los disolventes que facilitan su aplicación pasan a estado de vapor y las partículas sólidas quedan en suspensión en el ambiente.
Riesgos
• Exposición a sustancias nocivas o tóxicas en el proceso de pintado.
• Exposición a elevadas dosis de ruido.
• Posturas forzadas y manipulación manual de cargas.
Medidas preventivas
• Según los resultados de las mediciones que determinarán las concentraciones del ambiente de trabajo se adoptarán, o bien, protecciones colectivas como ventilación forzada, cortinas de agua, pistolas ecológicas, etc., o protecciones individuales, mascarillas con filtro de carbón activo o con filtro mecánico.
Es obligatorio que los trabajadores conozcan perfectamente los procedimientos de trabajo.
• Al igual que todos los aparatos que funcionan con aire comprimido, las cabinas de pintura están expuestas a elevados niveles de ruido. Si no
es posible reducir el ruido, deberán suministrarse protectores auditivos.
• A veces la operación de pintado exige al operario la adopción de posturas forzadas que repercuten negativamente sobre su salud.
Posturas que obligan al trabajador a mantener el brazo levantado por encima de la línea de los hombros.
A fin de evitar estas posturas se deberán utilizar alargos, escaleras, etc., que faciliten dicha operación. Se evitará, en lo posible, la manipulación manual de cargas por encima de la altura de los hombros y por debajo de las rodillas. Es conveniente alternar tareas que impliquen cambios de postura, así como realizar pequeñas pausas en el trabajo.
• Para disminuir los riesgos derivados de la manipulación manual de cargas se deberán seguir las siguientes recomendaciones:
– Si se dispone de equipos de ayuda como carros, plataformas elevadoras, etc., se deberán utilizar. Además, se deberá realizar un mantenimiento periódico de dichos equipos a fin de asegurar su correcto funcionamiento.
– El espacio de trabajo deberá ser suficiente para permitir moverse sin problemas y acercarse a la carga sin realizar posturas forzadas. Además, debe mantenerse limpio y ordenado evitando de esta forma golpes y caídas accidentales.
– Cuando la actividad lo permita, se solicitará la ayuda de otras personas si el peso o las dimensiones de la carga lo requieren.
– Como norma general, se recomienda manipular las cargas manteniéndolas lo más cerca posible del cuerpo.
– Se evitará la inclinación y el giro de la espalda mientras se maneja una carga. Igualmente se evitará realizar movimientos bruscos con la carga.
– Se evitará recorrer distancias demasiado grandes de elevación, descenso o transporte de cargas.
– Para reducir la fatiga física se deberá establecer la rotación de tareas, reducir el ritmo de trabajo o introducir pausas de trabajo.
Extraído del manual «Prevención de Riesgos Laborales en el Sector del Metal» de MC Mutual
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